La llegada y evolución de las nuevas tecnologías ha significado sin duda una absoluta disrupción en la forma de entender y rentabilizar la participación y compromiso colectivos.
A través de las diferentes variantes de crowdsourcing se pretende conocer la opinión o conseguir la participación de terceros en algún tema particular o el desarrollo de una tarea específica. Se utiliza la colaboración de muchas personas para resolver un problema o conocer la opinión frente a algo a través de un llamamiento a la participación.
Crowdsourcing es una palabra inglesa que proviene de la conjunción de otras dos. Por un lado ‘crowd’ que significa multitud o colectivo, y por otro ‘source’ que significa fuente, nacimiento o procedencia. Es decir, la traducción literal sería algo como ‘procedente del colectivo o creado entre mucha gente’.
Dentro del Crowdsourcing hay diferentes variantes, las principales son:
- Crowdcreation o creación colectiva
- Crowdfunding o financiación colectiva
- Crowdvoting o votación colectiva
- Crowdwisdom o sabiduría colectiva
Estos nuevos modelos pueden ser utilizados por empresas para campañas o proyectos puntuales. Por ejemplo, la elección de un producto entre varias opciones. También puede ser una actividad en sí misma. como Wikipedia, uno de los grandes paradigmas de inteligencia colectiva. Incluso puede significar parte de un servicio, como sería la sección de comentarios de los usuarios de un servicio, que con sus opiniones generan un ranking o una evaluación colectiva.
Son innumerables los casos, que desde pequeños proyectos individuales (un escritor novel para financiar su libro) hasta grandes empresas (McDonalds en el lanzamiento de su próxima hamburguesa) utilizan estas metodologías de crowdsourcing habitualmente hoy en día, con gran respuesta y repercusión.
Sin duda, uno de los grandes cambios que ha supuesto la inteligencia colectiva es el de incluir en los procesos de las empresas a la masa social. Incluir al conjunto de individuos que con su compromiso y participación suponen un activo de grandísimo valor. El crowdsourcing no es una moda, es algo que ha llegado para quedarse, que no es ajeno a casi nadie y que se consolida como algo natural. Potenciado por la compleja profundidad y extensión del entorno digital en la sociedad.
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